Lo Crit del Palleter

Lo Crit del Palleter
El palleter Vicente Domenech, patriota valenciá. Cuadro pintat per Joaquín Sorolla

jueves, 2 de enero de 2014

UNA VERDAD INCÓMODA

El nacionalismo catalán no ha sido nunca leal al Estado español, y tampoco lo será en el futuro. Esa es una verdad incómoda a la que los partidos políticos españoles no se querían enfrentar. Ahora no les queda otro remedio.

En la redacción de la Constitución el nacionalismo catalán consiguió una ventaja fundamental: el modelo territorial del Estado se dejaba indefinido, abierto a continua negociación. A cambio, el nacionalismo simplemente aplazaba su objetivo: la independencia. En aquel momento, al fin y al cabo, no contaba con la fuerza ni con la influencia suficiente para conseguirlo. Las circunstancias aconsejaban ganar tiempo para poner en práctica una estrategia de construcción nacional que traería la independencia más adelante, de forma natural.

Nuestro sistema electoral otorgó al nacionalismo un poder político muy por encima de su peso electoral. Con menos votos que los que otras opciones conseguían en Cataluña en las elecciones generales, y con porcentajes ridículos en el conjunto español, CiU se convirtió en el partido bisagra que condicionó la política nacional durante años.

El catalanismo comprometido con la gobernabilidad de España sólo existió en la fantasía de las elites políticas españolas, como un tópico tranquilizador y como coartada para los más diversos pactos. Aunque el nacionalismo catalán presume cínicamente de su contribución a la gobernabilidad de España, lo cierto es que sus apoyos a los gobiernos de González, Aznar y Zapatero fueron siempre a cambio de debilitar el poder del Estado en Cataluña, y de ahondar en las diferencias entre los catalanes y el resto de los españoles. De paso, la participación del nacionalismo en la gobernabilidad le servía como gancho electoral, atrayéndole el apoyo de sectores moderados de la sociedad catalana. El nacionalismo alimentó el mito mientras le convino, y ahora lo utiliza como un argumento más del relato victimista: "Nosotros lo intentamos, pero España no quiso cambiar".

Fuente: CronicaGlobal.com

http://www.valenciafreedom.com/es/noticias/0-politica/5185-una-verdad-incomoda.html

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