Lo Crit del Palleter

Lo Crit del Palleter
El palleter Vicente Domenech, patriota valenciá. Cuadro pintat per Joaquín Sorolla

jueves, 16 de abril de 2015

AGITANDO FANTASMAS

En los últimos días, y a cuenta de la aprobación de la Ley de Señas de Identidad con los únicos votos del PPCV -y el rechazo frontal o la indiferencia, según, de los grupos de oposición-, he tenido ocasión de escuchar a varios opinadores encuadrados en la izquierda ideológica que los populares «agitan el fantasma del anticatalanismo buscando réditos electorales». Algo así como que, dado que el PP sabe que lo tiene difícil para retener la Generalitat -y lo tiene, y lo sabe-, saca a pasear el «no mos fareu catalans» de los ochenta para captar votos.
 
Curiosamente, los mismos que acusan al PP -desde la bancada de la oposición, desde los medios- de usar el supuesto anticatalanismo para captar votos, indican a continuación que, por lo que se ve, se trata de un asunto que no preocupa a los valencianos, porque las ansias expansionistas del nacionalismo catalán son, según su razonamiento, un invento de los populares. Es decir, poco rédito iba a sacar el PP, si es que eso buscaba, agitando fantasmas.
 
Coincido con dichos opinadores en que la mayoría de los valencianos tienen claro lo que son -y por ese, entre otros motivos, el PSPV lleva dos décadas en la oposición, sin ir más lejos-. Y, evidentemente, lo que son (lo que somos) no es precisamente una sucursal de Cataluña. No obstante, algunos se resisten aún a admitirlo. Concretamente, desde que Joan Fuster escribió que «dir-nos valencians és la nostra manera de dir-nos catalans», y la izquierda le compró el axioma.
 
La cosa se agrava porque, por mucho que se empeñen en negarlo los socialistas y sus compañeros de espectro ideológico, las injerencias catalanistas existen. Existe la idea de «países catalanes», difundida incluso a escala mundial en la previa de algún partido de fútbol. Existen las muestras sobre la cultura en los «países catalanes» que, bajo el Gobierno Zapatero, llegaron a contar con apoyo ministerial. Existe la pretensión del departamento cultural del Gobierno de Mas de hacer pasar la paella, l’Albufera o el Misteri d’Elx por patrimonio cultural catalán. Existe el vídeo editado por el Gobierno catalán en el que se afirma sin rubor que Jaume I fundó los «países catalanes».


Existe una hoja de ruta trazada por Esquerra Republicana -que concurrirá a las elecciones autonómicas valencianas bajo el paraguas de Esquerra Unida-, la Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural para extender al «País Valencià» el proceso soberanista. Una idea que Esquerra Republicana puso negro sobre blanco en su programa para las europeas, y que varios de sus dirigentes han verbalizado en numerosas ocasiones. Existe el plan para que las Cortes Valencianas voten a favor de establecer una relación preferente con una Cataluña hipotéticamente independiente. Y la exigencia de Mas de que TV3 se vea en la Comunidad si tal independencia llega. Existen, en fin, las subvenciones millonarias a Acció Cultural del País Valencià (ACPV) y sus satélites para que prediquen en la Comunidad Valenciana que «dir-nos valencians és la nostra manera de dir-nos catalans».
 
Injerencias y pretensiones expansionistas, todas ellas, que el periódico cuya edición valenciana me precio de dirigir no ha dejado de denunciar -ante el sorprendente desistimiento de otros medios, que parecen haber asumido el argumento de la izquierda de que todo lo relatado en los dos anteriores párrafos es un invento-. Miren, no se trata de debatir si el valenciano y el catalán son la misma lengua. Ni de negar que los valencianos tenemos más en común con los catalanes que con los gallegos. Se trata de rebelarse ante la reescritura de la historia para apoyar un proyecto imperialista. El independentismo catalán necesita a la Comunidad para justificarse, como el vasco necesita a Navarra.
 
Y mientras, el PSPV, que cree haber entendido a la perfección las inquietudes de los valencianos, se reúne con Acció Cultural el mismo día que entra en vigor la Ley de Señas.
 
FUENTE. ABC

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