Cataluña es sinónimo de mentira, porque el nacionalismo construye con la mentira todas sus estructuras para conseguir un fin determinado. Sobre la falsa estructura histórica, lingüística, arquitectónica, heráldica y política se convoca a los españoles de Cataluña a romper con el elemento básico de la soberanía: su indivisibilidad nacional. España es de de todos los españoles y cada una de las tierras y autonomías es propiedad de todos y cada uno de los españoles, en su conjunto, con un mandato legal superior de mantener indivisible e inquebrantable su voluntad colectiva.
Ayer, Jordi Pujol, volvió a hacer uso del mecanismo de la mentira para justificar sus tropelías fiscales. Hoy, Artur Mas, con el interés en sofocar el escándalo producido por el ex honorable, ha convocado a los catalanes a las urnas para romper con España.
Más de mil años después, la ambición de la clase política catalana tiene las mismas aspiraciones feudales que cuando dependían de la corona carolingia y francesa. Los Pujol, Carod Rovira, Artur Mas y Duran i Lleida son la viva imagen de los condes y demás clase feudal catalana de la antigua Marca Hispánica que hace mil años hacían la vida imposible a los reyes franceses de los que fueron feudatarios y bajo cuya soberanía se enriquecieron durante los 5 siglos en que los condados catalanes fueron franceses.
La casta catalana, con capitalidad en Barcelona y capital en Suiza, vuelve a esgrimir el arma de la mentira para pedir soberanía y seguir enriqueciéndose sin la vigilancia del estado al que tantas veces han robado.
Juan García Sentandreu.
Ayer, Jordi Pujol, volvió a hacer uso del mecanismo de la mentira para justificar sus tropelías fiscales. Hoy, Artur Mas, con el interés en sofocar el escándalo producido por el ex honorable, ha convocado a los catalanes a las urnas para romper con España.
Más de mil años después, la ambición de la clase política catalana tiene las mismas aspiraciones feudales que cuando dependían de la corona carolingia y francesa. Los Pujol, Carod Rovira, Artur Mas y Duran i Lleida son la viva imagen de los condes y demás clase feudal catalana de la antigua Marca Hispánica que hace mil años hacían la vida imposible a los reyes franceses de los que fueron feudatarios y bajo cuya soberanía se enriquecieron durante los 5 siglos en que los condados catalanes fueron franceses.
La casta catalana, con capitalidad en Barcelona y capital en Suiza, vuelve a esgrimir el arma de la mentira para pedir soberanía y seguir enriqueciéndose sin la vigilancia del estado al que tantas veces han robado.
Juan García Sentandreu.
*Juan García Sentandreu es autor de 11 libros de historia, política y derecho.
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